viernes, 15 de octubre de 2010

Papelones (El Financiero 1994)

En este mundo traidor existen gentes llamadas a cumplir muy diversos propósitos; tenemos por ejemplo a los idiotas, grupo al que pertenecen las personas que cuando uno se va por una coladera preguntan: "¿te caístes?" Hay también Conciencias Nacionales que son aquellos que se meten en todo y parecen tener un genio de los mil demonios: ¿ qué fulanito ganó una beca?... caca, ¿ qué menganito tiene un nuevo libro?... caca, ¿ qué la gente lee a puro badulaque en lugar de a mí? (es decir a él)... caca. En esta gama de personas con destino, un gremio que me parece fascinante es el de aquellos que hemos sido convocados por el Altísimo para hacer papelones. Creo que es más fácil ejemplificar los papelones que definirlos, así que me permitiré ofrecer una lista de algunos de ellos, con la saludable intención, querido lector, de evitarle un momento que, estoy seguro, puede resultar lamentable.

El papelón funerario.-- Este tuvo lugar cuando murió mi abuela y la llevaron a velar. Sus dos hijas, es decir, mi madre y su hermana, entraron a la capilla ardiente a rezar una magnífica. Después de dos horas y cuando tenían chipotes en las rodillas, se pararon a despedirse de mi abuelita. Dentro del ataúd --y donde debería encontrarse una viejita de ochenta años-- encontraron un señor muy peripuesto de bigotes alacranados que las miraba desde el mas allá probablemente con gran agradecimiento, el equívoco produjo que mi madre tuviera un ataque de risa loca en plena capilla que generó en los deudos una impresión muy desfavorable.

El papelón del pajarito.-- El papelón del pajarito tuvo lugar cuando una amiga (o pariente política, no recuerdo) de mi hermana Diana, entró a su casa proveniente del supermercado y se encontró a su marido metido hasta la barriga abajo del fregadero. Siguiendo un impulso juguetón, la amiga, a la que llamaremos Mesalina, se agachó y tomó del pito a su cónyuge mientras decía: " ¿ De quién es este pajarito?". Se escuchó un sonido sordo (como aquél que se produce cuando el parietal hace contacto con una superficie metálica) y de abajo del fregadero salió la cabeza sangrante de un señor con aspecto de plomero madreado. Mesalina pegó un grito ultrasónico y el pobre hombre salió como endemoniado olvidando (para siempre) su herramienta.

El papelón pornográfico.-- En un momento de bonanza familiar y cuando cablevisión no se dignaba a llegar al rumbucho donde vivíamos, decidimos suscribirnos a Multivisión, pagamos nuestra suscripción y esperamos. A los 15 días se presentó un camión del cual bajaron tres muchachos, dos de ellos muy avispados, el comportamiento del tercero sugería, en cambio, un ligero retraso mental. Después de hora y media en la que los técnicos llenaron de cables la recámara y el retardado rompió un florero, todo estuvo listo; me mostraron que todos los canales funcionaban y accionaron la videocasetera, con tan mala pata que encontraron a un hombre y una mujer en posición de decubito prono fornicando alegremente, ambos, protagonistas principales de la película pornográfica que se había usado en la despedida de soltero de mi cuñado... Papelones.

El papelón del baño.-- Hace ya muchos años, mi tío Jacinto se presentó en casa de su novia para conocer a sus suegros (parece ser que el viejo era un temible y respetado hijo de la chingada y la señora un fiambre). El tío Jacinto tragó saliva y entró, fue recibido de manera cortante pero correcta, y como se venía meando pidió permiso para pasar al baño. Al levantar la tapa mi tío se encontró con dos enormes óbolos de mierda flotando en las aguas del excusado; aunque impresionado, decidió seguir adelante y liberó su riñón. En el momento de jalar la cadena, el desastre: el agua conteniendo la inmundicia y los orines de mi tío se desbordó de la taza con cierta violencia, el piso quedó hecho una porquería y mi pariente con unos gemiditos (que fueron malinterpretados) trató de pedir auxilio... Murió soltero.