jueves, 11 de febrero de 2010

Telenovelas (Etcétera 2007)

Ahora me entero que las telenovelas están de aniversario y cumplen cincuenta años en nuestra gloriosa televisión nacional y parece que se ha decidido generar un magno festejo lo que no me parece ni bien ni mal, nomás me llama la atención.
Evidentemente la empresa que ha puesto a este género en el alma de millones de mexicanos y gente de otros países (imaginar a un chino viendo “Rosa Salvaje”) es Televisa que sistemáticamente ha formado un imperio basado en historias que surgen de la mente de autores que parecen adictos a los volátiles.
El formato de una telenovela es predecible como un meteorito; primero está la heroína que es una muchacha buenona pero que vive padeciendo invariablemente un malfario; puede ser ciega, pobre o hija de la sirvienta negra. Normalmente esta joven para alcanzar la felicidad debe sortear la maledicencia de alguien llevado de la mala vida, que si es hombre la quiere conocer en el sentido bíblico y si es mujer le tiene celos. En este caso hay que destacar que la villana siempre está más buena que la protagonista lo que siempre me resulta misterioso.
El galán de telenovelas es un joven guapo y bien presentado que normalmente es engañado por la villana quien le dice al oído cosas como: “¿no sabías que Fernanda es en realidad hombre?” o “Pensé que sabías acerca del herpes de Juliana”. La trama dura más o menos cien capítulos y en algunos casos se alarga en función del éxito de la propuesta para luego ser exportada a lugares sorprendentes, lo que nos demuestra con limpieza que la imbecilidad no conoce fronteras.
Existen telenovelas memorables, la primera que recuerdo es “Gutierritos”, en la que Rafael Banquells hacía el papel de pobre diablo mientras su mujer –que era la preencarnación de Elba Esther Gordillo- lo trataba como Porfirio Díaz a los mineros de Cananea. Otra inolvidable fue “Ruby” en la que Fanny Cano salía con un escote así de grande que me provocó una descarga inesperada de testosterona con la que dio inicio mi pubertad. En otros casos, las telenovelas tenían que forzar un poco la trama y los resultados eran delirantes. Recuerdo una en la que el galán protagonista era ¡Cuco Sánchez!, por lo que me imaginé la siguiente escena: El productor llama por teléfono al guionista, le anuncia que en su próxima telenovela tiene que entrar don Cuco y que espera una propuesta de guión para el día siguiente. El pobre hombre pasa una noche en blanco tratando de imaginar de qué manera la bella se podría enamorar del señor Sánchez sin estar drogada o ebria hasta que se da un sopapo en la frente, grita “eureka” y al día siguiente presenta una propuesta en la que Lupita Lara, la protagonista…es ciega.
Las telenovelas mexicanas en la actualidad se han diversificado, partiendo de un origen exclusivo para señoras fodongas, ahora se dirigen también a adolescentes imbéciles y se han convertido en una industria; los jovenazos del grupo R B D, además de actuar en algo que se puede catalogar limpiamente como “bodrio” se afianzaron y han generado un fenómeno masivo que por lo menos a mí me tiene muy sorprendido pero ya se sabe que no entiendo nunca nada.
Permítame, querido lector, asestarle la sinopsis anunciada para el viernes 19 de agosto de una telenovela llamada “Lola, érase una vez” nomás para que entienda a qué me refiero: Patrick le dice a Alexander que él es el tipo grande que salió con Marion, en eso, Facha entra y asegura que él fue quien lo hizo. Tres misterios tres, el primero es por qué los protagonistas tienen nombres holandeses, el segundo es a qué se refieren con “tipo grande”, por qué la disputa y finalmente si existe alguien en pleno uso de facultades que pueda llamar a su hijo “Facha”.
Cuestionar a las telenovelas es arar en el desierto, han cumplido ya cincuenta años y por lo visto gozan de cabal salud, así que no seré yo el que me queje de que esa es la calidad de televisión que nos merecemos…aunque no deje de pensarlo de cuando en cuando.

7 comentarios:

Dr.Batman dijo...

Como fan de varias telenovelas de Televisa (no todas, ni cerquita de todas) y observador del comportamiento de la típica señora o chavita adolescente, puedo comentar que es realmente INCREIBLE como después de 50 años, ningún otro género televisivo ha logrado desbancar a las telenovelas. Es impresionante como las señoras, chavas, niños y hombres maduros asiduos a las telenovelas, saben lo que va a pasar en el próximo capítulo (eso sin contar los refritos), saben como va a ser toda la trama, el desenlace, saben que son malos actores, saben que no están viendo calidad televisiva... pero ahí estamos, moviendo nuestra cita de las 7 pm para no perdernos la ultima aventura de Estrellita Marinera...

Fede Fiesta dijo...

Yo tampoco nunca entendí el fenómeno. Pero igual porque estoy chavo... y se me hace fácil.

RoberMaloo dijo...

¿Ya se dieron cuenta que miles de mexicanos adolecentes en vez de estar leyendo este genial blog estan viendo Patito y su mundo de caramelo? Que pena.
Yo no veo telenovelas por que recuerdan lo feo que soy, pero aparte pinches historias chaqueteras, en donde a estas alturas la Iglesia tiene su papel. Que pena.

Fedro Carlos Guillén dijo...

Es notable que las telenovelas no se hayan modificado en su formato en 50 años...notable y revelador
Abrazo y gracias por la visita

BriziaAquiles dijo...

Más bien notable y aterrador. jijiji

Fedro Carlos Guillén dijo...

De acuerdo María, da escalofrío

Isha dijo...

Me sorprende los datos tan espeficos de las TV novelas que mencionaste (o surgieron de la imaginacion?).

Increible 50 años y sin cambios (quiza sin menos sentido?), 50 años y cada vez llegan a mas paises. Mientras que ni enterados de los juego olimpicos de invierno.