miércoles, 21 de octubre de 2009

Los consejos (Milenio, 2008)

Algún día un conocido mío dijo implacable: “México es un país que sería Jauja si no estuviera habitado por los mexicanos”. La frase se constituyó en una revelación, casi en una epifanía, que me acompaña día con día cuando confirmo sistemáticamente que la raza de bronce es lo que es.
Los mexicanos nos pasamos los altos, esquivamos las colas de la peor manera posible y consideramos que el claxon de un auto es una extensión del puño que uno blande a lo pendejo cuando en una calle simplemente no se puede pasar o un pobre hombre que es policía hace lo que puede. Por supuesto podría abundar, pero este no es el espacio ni el momento ya que cada que uno dice cosas como las que acabo de escribir, brincan una serie de personas que consideran que nomás ando agraviando y no “escribo sobre cosas positivas”. El problema de lo anterior es que hasta cuando se busca lo positivo las cosas no resultan y procederé a ilustrar mi aseveración con el ejemplo de los consejos.
A los mexicanos, por alguna razón inexplicable, nos da por opinar. No importa si el tema es el efecto del priapismo en la extinción del chotacabras o la subida en el mercado del precio de la papaya maradol. El efecto siempre es el mismo; alguien habla de cualquier tema y de inmediato se oyen voces en coro que dicen pendejadas como: “Elba Ester se casó en secreto con Fox vestida de china poblana” o “Me contaron que están esterilizando viejitos en los hospitales del seguro”. Lo anterior no sería un problema ya que uno aprende a inmunizarse de tales declaraciones y nomás pone cara de atención mientras piensa en qué momento se puede dar a la fuga. El verdadero problema viene a la hora de la aconsejadera, que es el segundo deporte nacional después del floreo de la reata.
Si uno está crudo y sintiendo que todo se derrumba de inmediato recibe en ráfaga las siguientes recomendaciones de gente solícita: a) “Lo que tienes que hacer es pelar diez limones, frotarlos sobre un huachinango y ponértelo en las nalgas, es infalible” b) “Lo que a mí me ha funcionado es pararme de cabeza y masticar achicoria”. Estos consejos suelen darse in situ en el preciso momento que uno busca a alguien que haga favor de decapitarlo, pero también se han refinado y ahora se emiten por televisión. Normalmente es una nube de viejas chotas las que salen en cadena nacional aconsejando sobre asuntos inverosímiles como el uso de una caja de zapatos para construir un buró o la mejor forma de empezar sexy el año por venir, a través de recomendaciones simplemente escalofriantes, porque escalofriante es que le digan a una “no esperes a tu marido en chanclas cuando llegue del trabajo”.
Sin embargo, los consejos más temidos son todos los relativos a las enfermedades. No existe la menor posibilidad de que uno estornude o tosa y de inmediato el coro griego se arranque con un conjunto de recetas que harían vomitar a un buitre y que deben ser obedecidas al pie de la letra si uno no quiere pasar a mejor vida. Destacan en esta categoría las relativas a ingerir cosas vomitivas como el aceite del niño Fidencio o la pomada para ubre de vaca (lo juro) que hay que untarse en la nariz para que ésta no se caiga.
A lo largo de mi vida he escuchado consejos extraordinarios, pero quizá el que se lleva las palmas y que me dejó reflexionando acerca de lo pendejo que siempre he sido, me lo recetó una empleada (mexicana) de Air France a la que después de reclamarle porque de mi maleta (cerrada con llave) había sido abierta y se habían clavado una cámara me dijo didáctica y con algo de compasión en la mirada: “Ay señor, yo le aconsejo que sus objetos de valor no los meta en la maleta, porque hay mucha gente mala”.
Pues sí.
Desde entonces en la maleta solo empaco periódicos viejos, mi colección de estampitas del santo niño Tarcisio y un grupo de calcetines huérfanos. El resto lo cargo a mano, lo que me confiere el aspecto del señor del costal…pero eso sí, bien aconsejado.

6 comentarios:

luishau dijo...

¡Nooo, el santo niño Tarcisio nooo! Hay algo que nadie se roba,lo he comprobado:libros.
Me permito sugerirte algunos temas para que el respetable no piense que renunciaste al club de los optimistas:
1)la salida del hospital de Alejandra Guzman.(IMPORTANTISIMO)
2)El extraordinario papel que desempeñó hoy el Congreso de la Unión.
3)La variada oferta televisiva abierta.
4)Internet Necesario (o el activismo para huevones).

Antonio Martínez dijo...

Es lo malo de este país. el peor menoscabo a la libertad de expresión es cuando dice uno lo que piensa y de inmediato alguien pone cara o hace una jeta, el más valiente le pide que se calle.

e dijo...

Ah, las cámaras...
Recién me robaron una... Son como imanes para los ratas. Para que luego la vendan en quinientos pesos, y la encuentres a 17,000 entre los puesteros...

Anónimo dijo...

Que todos opinen está padre, me pego unas divertidotas la verdad, pero la gente que aconseja de plano, no mames, mejor diganme que soy un pendejo abiertamente, para que tantos disfraces. Saludos.

Fedro Carlos Guillén dijo...

Saludos a todos...y gracias por entrar. ahí vamos.
F

Møsca Cobain dijo...

Si el niño fidencio te caga, te canonizan y no tendras un sintoma de resaca jamas!!











Si, asi somos los mexicanos.
Que lindo No?










Mosca