sábado, 8 de agosto de 2009
Entrevista (Reforma 16 de julio)
Ciudad de México (16 julio 2009).-Obsesionado por los derroteros, a veces caprichosos e inverosímiles, que suele tomar el destino, el ensayista y divulgador de la ciencia Fedro Carlos Guillén ha decidido probar suerte en la omnisciencia a través de la publicación de su primera novela.Titulada Soñé con Rocío Dúrcal -título irreverente que nada tienen que ver con la cantante, aclara enfático el autor-, la novela lo coloca desde el ángulo del que todo lo ve, saciando una obsesión que siempre le ha acompañado: la de manejar los "hilos".Si bien lo anterior no es posible en la vida real, él se vale de la literatura para experimentarlo en la medida de lo posible."Pero sólo en al medida de lo posible", precisa en entrevista, pues la omnisciencia, en la ficción, tampoco existe por completo, debido a que los autores son muchas veces los primeros sorprendidos con su propia historia.En Soñé con Rocío Dúrcal, que ya se encuentra en librerías dentro de la colección DeBols!llo de Random House Mondadori, el destino, caprichoso y arbitrario, juega un papel primordial, al presentar como personaje principal a un publicista capitalino, "yuppie" exitoso, que de pronto se ve involucrado en una increíble aventura que le llevará ante una serie de misterios de la Francia ocupada por los nazis."Una mañana, alguien desliza un sobre debajo de su puerta, un sobre que le va a cambiar por completo la vida, aunque él no lo advierte de inmediato. Entonces arranca una especie de saga, de thriller, de aventura, en la que él, muy a su pesar, se ve inmiscuido. Él tiene reservas, no está muy dispuesto a la aventura, pero tiene una compañera que lo arrastra a eso", cuenta Guillén.Cargada de mucho humor, se trata de una historia inverosímil que busca ser verosímil, precisa el también autor de libros de ensayo como Crónicas de la Imbecilidad y La Sala Oscura.En realidad, ni siquiera cree en el destino, pero le gusta jugar con él y hace, a veces, como si creyera."Me parece que el asumir que el destino existe es darnos poco margen de maniobra. Si algo está predestinado a ser, ¿para qué te mueves?", se pregunta. "Quisiera creer que el destino es más bien una serie de azares que están convergiendo o divergiendo de alguna manera".De otra forma, enfatiza que la vida sería muy aburrida.Como su título lo adivina, Soñé con Rocío Dúrcal está escrita desde la irreverencia y el humor, refiere Guillén."Vale la pena, sobre todo en estos tiempos, y en los que fuere, escribir desde el humor, dejar esa pretensión de profundidad de algunos autores que son muy oscuros, que te miran fijamente a los ojos y hablan de cosas que ni siquiera yo acabo de entender. Hay que aligerar un poco lo que uno tiene que decir".También autor de cuentos, reunidos en antologías como Atrapados en la Escuela y Prohibido Fumar, Guillén ya se encuentra enfrascado en la escritura de su segunda novela. Ya del barco, dice, no se piensa bajar.
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