La etiqueta, es un concepto que me es tan familiar como las tradiciones reposteras del Alto Volta (si es que tal cosa existe). Nunca, lo que se dice nunca he sabido comportarme de acuerdo a estos rituales: de hecho en una ocasión fui a un restaurante elegante tratando de sentirme elegante y cuando se me inquirió acerca de cómo me gustaría el pescado respondí: “bien cocido”, lo cual no solo era una imbecilidad, sino un prodigio gastronómico, por lo que hice uno de los papelones más logrados de mi vida.
Las reglas de etiqueta suelen parecer redactadas por gente imbécil y en muchos casos son ilegibles, sin embargo, han caído en mi poder normativas sociales que me parecen extraordinarias y en consecuencia me dispongo a compartirlas con usted. En cursivas agregaré algunos comentarios editoriales que me parecen inevitables ante tanta notabilidad.
Dicen las conveniencias sociales que: “La correcta utilización de los cubiertos denota, en gran medida, la buena educación de una persona. Como regla general todos los cubiertos se cogen por el mango en su parte superior.. El tenedor, utilizado en solitario se coge con la mano derecha y con las púas hacia arriba. (Coger el tenedor por el otro lado supone el riesgo de quedarse sin dedo medio) Se utiliza para llevar los alimentos a la boca, (o para asesinar a la mamá del muerto) y para trocear alimentos blandos como verduras, tortillas y huevos. Si se utiliza con el cuchillo, el tenedor de coge con la mano izquierda y las púas hacia abajo, siendo su misión llevar los alimentos a la boca”. (Una noble misión a fe mía, aunque supongo que el que lo redactó imagina que la gente que lo lee sufre alguna forma benigna de retardo mental que le produzca ideas como que el tenedor tiene como meta pelar perros o descorchar botellas).
“La cuchara, se coge con la mano derecha (por supuesto zurdos abstenerse ya que como se ve son parias sociales) y la concavidad hacia arriba (utilizarla de otra manera supondría morir de inanición). Es utilizada para alimentos líquidos (sopas), pastosos (cremas, purés) y otros platos como legumbres y platos caldosos. El cuchillo se coge con la mano derecha y el filo hacia abajo. Y se utiliza haciendo una ligera presión con el dedo índice, por la parte opuesta al filo. El cuchillo nunca se lleva a la boca, ni se chupa ni se limpia (con la boca o la servilleta). La función del cuchillo es cortar o trocear los alimentos”.
“Aunque existen gran variedad de cubiertos, por regla general, se utilizan solamente los más básicos, no siendo necesarios la mayoría de los cubiertos "extraños" o poco utilizados (¿un cubierto extraño es el pelapapas?). En determinadas ocasiones, sobre todo en restaurantes, veremos que no se ponen todos los cubiertos en la mesa, sino que se van poniendo a medida que se cambian los platos. Es una práctica muy utilizada cuando son pocos los comensales, pues en caso contrario sería casi imposible hacerlo” (dado que la mesa se vencería por el peso de la cuchillería fina).
“Cuando estamos en la mesa y queremos hacer una pausa los cubiertos deben reposar en el plato y no, sobre el mantel o la servilleta. Se deben colocar en ángulo de 45º, el tenedor con las púas hacia abajo y el cuchillo con el filo hacia adentro (para lograr dicho ángulo, los platos tendrán que medir medio metro). Si terminamos y deseamos que nos retiren el plato, debemos colocar los cubiertos, colocados de forma paralela, a un lado del plato (haciendo la similitud con las agujas de un reloj, en la posición de las cuatro y veinte) (porque si hacemos la similitud con la una de la mañana, los meseros van a pensar que el restaurante ya cerró). Los alimentos se cortan a medida que se van comiendo y solamente se trocea entero un alimento a los niños y personas incapacitadas o muy mayores” (o la gente que es huevona).
La estupefacción que me produce este compendio, solo es superada por pensar que alguien lo siga al pie de la letra, sin embargo, ya nada me sorprende, así que lo dejo –querido lector- para ir a poner mis cubiertos a las cuatro y veinte (PM).
1 comentario:
Bueno, si es un Vips igual y puede uno poner sus cubiertos simulando la hora que se le pegue la gana.
¿Y ahí terminó la guía del hijo iletrado de Carreño? Porque omitió en qué casos (cuando no se aplica la regla general, sino la particular), no se toman los cubiertos por el mango y debe uno machacarse la mano con la sierrita del cuchillo.
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